Se propone una reforma importante desde la losa de esta recámara: emplear una bóveda de cuarto de cañón y un tragaluz. Esto para generar una atmósfera de cobijo, por un lado; y, por el otro, para buscar una continuidad y quiebre entre el muro del ventanal y el muro de entrada a la recámara, justo donde está el closet. Los acabados son en materiales neutros, un simple aplanado fino en muros y plafón; mientras que el piso es de loseta de mármol y el closet tiene una melamina brillante. El espacio se amplía con la ayuda de un ventanal de vidrio a hueso para permitir una completa visibilidad al patio privado de la recámara. El detalle de color viene con algunos elementos decorativos como arte y mobiliario.